tag:blogger.com,1999:blog-42510909058847722602024-03-13T22:16:07.085-07:00FILOSOFÍA Y PSICOLOGÍAGuillermo Díaz Duránhttp://www.blogger.com/profile/06437435602488716754noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-4251090905884772260.post-32975654141269004622011-06-23T15:35:00.000-07:002011-06-23T15:35:24.361-07:00Etapas de desarrollo Piaget<iframe src="http://www.youtube.com/embed/B4ZVHly_DVc?fs=1" allowfullscreen="" frameborder="0" height="344" width="425"></iframe>Guillermo Díaz Duránhttp://www.blogger.com/profile/06437435602488716754noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4251090905884772260.post-80281717825611152582011-05-08T17:22:00.000-07:002011-05-08T17:28:23.469-07:00La mente y el conocimiento<br />Platón y la inteligencia artificial<br />(Aproximación a la inteligencia artificial desde el pensamiento de Platón)<br />Prof. Guillermo Díaz Durán<br />Diciembre 2009<br />2<br />Introducción página 3<br />Recuperando la agenda griega del conocimiento página 4<br />Platón y la teoría de las Ideas página 7<br />Inteligencia Vs. Inteligencia artificial página 13<br />Conclusión página 15<br />Bibliografía página 16<br />3<br />La mente y el conocimiento. Platón y la inteligencia artificial<br />Introducción<br />Durante más de dos mil quinientos años filósofos, artistas, poetas y científicos en<br />general se han interesado por la relación entre los procesos de la mente y el<br />conocimiento hasta el punto de fundamentar teorías que vinculan la inteligencia con<br />una realidad suprasensible, o como el producto de complejísimos procesos<br />evolutivos, o como la capacidad de pensar, argumentar, crear, simbolizar, establecer<br />relaciones, inventar, etc.<br />Todos estos procesos han llevado al hombre durante la segunda mitad del siglo XX<br />a crear una nueva ciencia de la mente, la ciencia cognitiva que desembocará a<br />principios de nuestro siglo XXI en la fundamentación del conocimiento a través de la<br />inteligencia artificial, fuertemente defendida por unos pero a su vez fuertemente<br />criticada por otros.<br />Podría afirmarse que la historia de la inteligencia artificial comienza en el siglo V a.C.<br />cuando Platón cita un diálogo en el que Sócrates le pregunta a Eutidemo acerca de<br />cuál es la característica de la piedad que hace que una acción se pueda considerar<br />como pía para que así la observe y le sirva de norma para juzgar sus acciones y las<br />de otros.<br />Resulta evidente que para poder delimitar las más importantes ideas sobre la<br />inteligencia artificial como profundos procesos de complejización de nuestros<br />sistemas mentales para poder abordar la naturaleza del conocimiento, las<br />matemáticas son el puntapié inicial y esto lo trabajó exquisitamente Platón haciendo<br />una apología de la matemática.<br />No olvidemos el emblema que rezaba en el frontispicio de la Academia: “Qué nadie<br />entre aquí si no es geómetra”1. Así, la matemática resulta la ciencia de la medida<br />que nos ha colocado en el camino de lo inteligible.<br />La inteligencia artificial debe contar con la formalización matemática en tres grandes<br />áreas que son a saber: computación, lógica y probabilidad.<br />Los esfuerzos de la inteligencia artificial están encaminados a la construcción de<br />entidades como a su comprensión, pero, ¿estas “entidades” inanimadas podrán<br />sustituir al hombre cuya inteligencia natural ha tardado tanto tiempo en llamarlo<br />“homo sapiens?<br />1 Brun, Jean, 1965, “Platón y la Academia”, Eudeba, Buenos Aires, Argentina, pág. 22<br />4<br />Recuperando la agenda griega del conocimiento<br />En nuestro joven siglo XXI, las sociedades moldeadas por la ciencia y la tecnología<br />enfrentan en sus propias prácticas computarizadas interrogantes que conciernen a la<br />mente, al pensamiento, al cerebro, como por ejemplo: ¿es la mente un manejo de<br />datos, información?, ¿es también el cerebro procesamiento de información?, ¿puede<br />una máquina pensar, comprender el lenguaje? Se trata en este caso de<br />problemáticas que afectan a la vida de las personas y que no se limitan al terreno<br />teórico, sino que por el contrario encuentran sus raíces en la praxis social.<br />El viejo problema filosófico de la mente y el conocimiento ha entrado, en nuestros<br />días, en una fase de investigación que se conecta con la tecnología, que permitió la<br />creación de las computadoras, con la teoría cibernética que le sirvió de base.<br />Hoy se llama a este campo “inteligencia artificial”, pero vayamos hacia sus orígenes<br />en la antigua Grecia. Howard Gardner 2hace referencia al programa de trabajo de los<br />griegos diciendo que en el Menón, Sócrates indaga en forma persistente a un joven<br />esclavo acerca de sus conocimientos en geometría. Al principio el esclavo se<br />muestra muy bien informado, afirma sin vacilar que un cuadrado cuyos lados tienen<br />dos pies de longitud posee una superficie de cuatro pies cuadrados. No obstante,<br />cuando más tarde Sócrates le pregunta cuál sería la longitud del lado si la superficie<br />del cuadrado fuera de acho pies cuadrados, se pone de manifiesto la total confusión<br />del esclavo, quien no advierte que ese lado debería ser igual a la raíz cuadrada de<br />ocho.<br />El diálogo de centra en torno a muchas preguntas y respuestas, a la manera de<br />Sócrates y gracias a este intercambio, el filósofo logra extraer del esclavo el<br />conocimiento de que un cuadrado de cuatro pies de lado tendría dieciséis pies<br />cuadrados de superficie y que gracias a determinados procedimientos geométricos,<br />puede inscribirse dentro de él otro cuadrado de ocho pies cuadrados.<br />Así, Sócrates logra demostrar para su propia satisfacción y la de Menón, amo del<br />joven, que éste posee dentro de sí todo el saber necesario para calcular las diversas<br />relaciones geométricas que entran en juego.<br />Este relato representa más que una indagación acerca del grado de conocimientos<br />de un joven esclavo. En realidad se hizo una prolongada reflexión sobre la<br />naturaleza del conocimiento que podemos traducir en una gran interrogante: ¿de<br />dónde proviene, en qué consiste, cómo está representado en la mente humana?<br />De esta manera se propuso una teoría específica sobre el conocimiento humano.<br />2 Gardner, Howard, 1996, “La nueva ciencia de la mente”, Editorial Paidós, Barcelona, España.<br />5<br />Para Platón la matemática y las ciencias exactas por ella engendradas constituían el<br />dominio por excelencia del conocimiento. Las formas más puras del conocimiento<br />eran arquetipos idealizados de los que sólo podía tenerse un mero atisbo en la<br />realidad mundana. Se afirmaba que la comprensión de las cuestiones geométricas y<br />de los asuntos propios de un saber genuino, ya estaba instaurada en el alma<br />humana desde el nacimiento, y que la enseñanza, como lo puso de manifiesto en el<br />Menón, consistía simplemente en traer a la conciencia este saber innato<br />(reminiscencia = conocer es recordar).<br />El interés de los griegos por el conocimiento se constituye como el pilar fundamental<br />para poder comprender la realidad como proceso dinámico y complejo que se<br />manifiesta a través de un lenguaje cargado de símbolos, imágenes y<br />representaciones que afectan el mundo humano y el universo en su totalidad. La<br />necesidad de responder a las grandes interrogantes por el Universo, su armonía y<br />perfección llevaron a muchos filósofos y científicos griegos de la antigüedad a tratar<br />de comprender la esencia del Universo, los mecanismos de la mente, el desarrollo<br />del pensamiento, la organización de la polis, el comportamiento moral y las<br />tradiciones mitológicas a través del relato de los mitos y la magia.<br />Desde hace más de 2600 años, el hombre viene preguntándose acerca de la<br />inteligencia, la génesis del conocimiento, qué significa saber algo, tener una creencia<br />exacta, o por el contrario ignorar, equivocarse. Se procura comprender no sólo lo<br />que se conoce (los objetos y sujetos del mundo exterior), sino a la persona que<br />conoce, sus mecanismos de percepción, de aprendizaje, memoria y racionalidad. Se<br />ponderan las diferentes formas de saber, ¿de dónde viene el conocimiento, cómo se<br />lo almacena y se recurre a él, cómo puede perdérselo?<br />Para Gardner, la agenda griega del conocimiento se constituye como la base<br />fundante de la ciencia cognitiva. Los científicos cognitivistas, al igual que los<br />antiguos griegos formulan hipótesis acerca de los distintos vehículos del saber, por<br />ejemplo: ¿qué es una forma, una imagen, un concepto, una palabra? Reflexionan<br />acerca del lenguaje, advirtiendo el poder y las trampas que entraña el uso de las<br />palabras y su posible influencia directriz en los pensamientos y creencias.<br />Así, la ciencia cognitiva como “nueva ciencia” se remonta a los griegos en cuanto al<br />interés de sus miembros por revelar la naturaleza del conocimiento humano. Los<br />científicos cognitivistas han adherido plenamente al uso de métodos empíricos para<br />la verificación de sus teorías e hipótesis, a fin de volverlas susceptibles de<br />refutación. Sus preguntas fundamentales no son una mera repetición del programa<br />6<br />de trabajo que se fijaron los griegos; han surgido nuevas disciplinas como la<br />inteligencia artificial y nuevas interrogantes relacionadas a la capacidad potencial de<br />aparatos construidos por el hombre para pensar. Los científicos cognitivistas han<br />abrazado los avances científicos y tecnológicos más recientes en una variedad de<br />campos disciplinares. Ocupa un lugar central la computadora, esa creación de<br />mediados del siglo XX que promete cambiar la concepción del mundo en el que<br />vivimos y nuestra imagen de la mente humana y sus acciones éticas sobre el otro y<br />la naturaleza.<br />Según Mabel Quintela3, durante siglos se tuvo una comprensión espontánea o se<br />participó de una concepción filosófica definida sobre la mente y el pensamiento,<br />según la cultura de la época, pero ahora se abre una nueva perspectiva con la<br />integración de la inteligencia artificial a la vida cotidiana de grandes sectores de la<br />humanidad.<br />Hoy en día vivimos en una realidad de prácticas sociales computarizadas y el libre<br />juego de imaginación que sobre ellas se construye.<br />“Vivimos en un mundo que es ante todo pantalla y red comunicacional. ¿Y qué le<br />sucede al sujeto humano cuando su existir cotidiano acontece a través de redes<br />informáticas y orientado por pantallas? Se trata de un sujeto que vive impactado por<br />huellas mnemotécnicas de información e imagen. Un sujeto para el que los objetos<br />tienen más valor de signo (imaginario) que valor de uso o cambio (práctico). Un<br />sujeto que vive en un espacio simulado, tanto en el espacio telematizado privado de<br />su casa, como en el espacio público de la ciudad icónica, repleto de aparatos que<br />hablan y se mueven a partir de una mínima intervención humana. Un nuevo<br />mobiliario se hace omnipresente a través de tres simulacros, tres dobles del cuerpo:<br />para el ojo, la pantalla, la imagen icónica; para el músculo, el robot; para el cerebro,<br />la computadora.<br />La realidad queda sustituida por el relato y la conciencia disminuida no puede<br />distinguir ya entre simulacro y realidad. La información organiza la memoria colectiva<br />de la época y el relato electrónico forma la estructura invisible de la retícula social”.4<br />3 Quintela, Mabel, 1997, “Problemas filosóficos en el imaginario social de nuestra época. Heráclito y la ciencia<br />actual. La inteligencia artificial”, A-Z editora, Montevideo, Uruguay<br />4 Ferrer, Christian, conferencia distada en la UDELAR, Montevideo, Uruguay, el día 15 de agosto de 1990,<br />(citado en Quintela, Mabel, “Problemas filosóficos en el imaginario social de nuestra época. Heráclito y la<br />ciencia actual. La inteligencia artificial”, A-Z editora, Montevideo, Uruguay, pág. 54<br />7<br />Para poder comprender esta realidad de conocimiento y de intercambio de saberes<br />con el otro debemos volver a la agenda griega del conocimiento y específicamente al<br />pensamiento de Platón en relación a la cuestión ¿cómo conocemos?<br />Platón y la teoría de las ideas<br />Para Platón todos los artefactos, incluyendo las obras de arte son copias de algo<br />natural, genuino, original. Por tanto, para Platón decir que algo es artificial es decir<br />que ese objeto “parece ser”, pero que no es realmente aquello que imita. Lo artificial<br />es lo meramente aparente, lo único que hace es mostrar cómo es alguna otra cosa.<br />Tomemos el siguiente ejemplo: supongamos que tenemos un ramo de rosas<br />artificiales, sean del material en que estén fabricadas, no son flores en absoluto.<br />Cualquier persona que las tome por flores estará equivocado, engañado por una<br />apariencia, envuelto en una ilusión. Y al ser una imitación, simulacro o copia, son<br />menos valiosas que lo real, y están envueltas por un aire moralmente sospecho a su<br />alrededor, porque quien afirme que son reales estará transitando el camino de lo<br />aparente y lo aparente se aleja del camino de la verdad, quedándose solamente en<br />la doxa. Vale hacer aquí la precisión de que para Platón las cosas fabricadas no son<br />simplemente copias, sino copias de copias, porque de acuerdo con la teoría de las<br />ideas, todas las cosas del mundo son ya copias de sus respectivas ideas.<br />De esta forma, los predicados “natural” y “artificial” eran conceptos con una carga<br />valorativa para los filósofos de la antigua Grecia; lo natural, creado por la naturaleza,<br />tenía un valor más elevado que lo artificial, es decir lo fabricado por los hombres.<br />Además lo natural tenía otra connotación, representaba lo orgánico, vivo, autónomo;<br />mientras que lo artificial significaba algo inorgánico, sin alma y por consiguiente<br />inferior a las cosas naturales.<br />Pero, ¿de dónde vienen las cosas naturales, quién las ha creado?, Platón nos habla<br />de un dios artesano, el “demiurgo” que crea de la materia preexistente, la modela y<br />crea las cosas naturales, al hombre, la inteligencia.<br />Pero además, ¿qué son las ideas?, ¿cómo nos hacemos partícipes de ellas?,<br />¿cómo conducimos nuestra alma por el camino del conocimiento?<br />Vayamos a uno de los grandes temas de la filosofía platónica: la teoría de las ideas.<br />El realismo de Platón no tiene nada que ver con el realismo ingenuo, es un realismo<br />inteligible que erige la idea en realidad, distinguiéndose del idealismo que reduce la<br />realidad a la idea. Si se ha de hablar de idealismo platónico, ello sólo es posible en<br />cuanto los objetos sensibles no son realidades, sino apariencias, meras copias de<br />8<br />las ideas presentes en el mundo inteligible. Pero además, hay en Platón un realismo<br />ontológico puesto que el “dios es la medida de todas las cosas” y un idealismo<br />gnoseológico porque es el hombre quien trata de conocer y es necesario que él se<br />despoje antes de su realidad, de lo aparente. De esta manera para Platón la realidad<br />no es un dato, un camino largo y difícil debe conducirnos a ella.<br />Platón ha planteado después de Parménides y en una perspectiva muy diferente el<br />problema de las relaciones entre el ser y el conocer. Si el ser está puesto, ¿cómo se<br />dejará éste penetrar por el conocimiento que yo podría tener de él? Si parto del “yo<br />pienso”, ¿puedo decir que no hay ningún ser independiente de mí al cual se refiere<br />mi pensamiento?5<br />En la “Alegoría de la Caverna”6, Libro VII de “La República o el Estado”, Sócrates<br />explica a Glaucón la naturaleza del alma con relación a cada especie de<br />conocimiento valiéndose de una alegoría: los hombres son como unos prisioneros<br />encadenados en una caverna subterránea, donde la luz penetra por una abertura<br />hecha en la parte alta y detrás de ellos. Esta luz es producida por un fuego, que no<br />pueden ellos percibir, porque las cadenas les impiden moverse y volver la cabeza.<br />Entre el fuego y los cautivos y delante de la abertura hay un camino, y a lo largo de<br />este camino un pequeño muro, sobre el que aparecen objetos conducidos por<br />hombres, que pasan por detrás. La sombra de estos objetos se refleja sobre el muro<br />de la caverna que miran los cautivos. Estos pensarán que estas sombras son<br />realidades, y si se produce dentro de aquella prisión un eco, siempre que alguno de<br />los transeúntes hable, ¿no creerán los cautivos que son las sombras mismas las que<br />hablan?<br />Los prisioneros son nuestra imagen, la prisión es nuestro mundo visible. Las<br />auténticas realidades constituyen el mundo inteligible y en los límites de ese mundo<br />inteligible se encuentra la idea del Bien, la cual se descubre sólo con esfuerzo, pero<br />es la fuente de toda luz. Para pasar del mundo sensible al inteligible nuestra alma<br />debe realizar un movimiento de conversión y remontarse hacia su principio. Pero el<br />tránsito es difícil porque nuestros ojos están habituados a la penumbra de la prisión<br />y el pasaje de la oscuridad a la luz nos enceguece. Debido a esto, si se desata a<br />alguno de esos prisioneros y lo obligamos a ascender por el camino escarpado,<br />haría esto con mucha dificultad e intentaría volver al fondo de la prisión y maldeciría<br />a quien ha querido liberarlo. Pero, si con grandes penurias lograse transitar el<br />5 Brun, Jean, 1965, “Platón y la Academia”, Eudeba, Buenos Aires, Argentina<br />6 Platón, Obras inmortales, 1993, “La república o el Estado”, Editorial EDAF S.A., Madrid, España<br />9<br />camino dialéctico hacia la luz tendrá que ir adaptando sus ojos poco a poco a la luz y<br />podría representar los cuatro grados del conocimiento que Platón identifica como<br />“eikasia” o imaginación; “pistis” o creencia”; “dianoia” o pensamiento y “noesis” o<br />inteligencia pura.<br />De esta manera se hace una distinción entre el “mundo sensible” y el “mundo<br />inteligible” que se corresponden con la “doxa” u opinión y la “epysteme” o<br />conocimiento. Así, existirían grados de realidad, tal como se expresan en el<br />siguiente cuadro:<br />IDEAS CONOCIMIENTO<br />(dialéctica)<br />ESENCIA<br />O<br />MUNDO<br />INTELIGIBLE<br />OBJETOS<br />MATEMÁTICOS<br />PENSAMIENTO<br />(dianoia)<br />CIENCIA<br />O<br />CONOCIMIENTO<br />(Epysteme)<br />OBJETOS<br />SENSIBLES<br />Animales, plantas,<br />cosas fabricadas<br />CREENCIA<br />(pistis)<br />GENERACIÓN<br />O<br />MUNDO VISIBLE<br />IMÁGENES<br />Sombras o figuras<br />IMAGINACIÓN<br />(eikasia)<br />OPINIÓN<br />(Doxa)<br />La opinión aparece dividida en: imaginación o conjetura, referida a sombras o<br />reflejo de cosas y creencia que es la opinión que no se justifica por un razonamiento<br />riguroso y que se refiere a los objetos del mundo sensible.<br />En el nivel de inteligencia, Platón distingue entre: pensamiento o conocimiento<br />discursivo, propio de las matemáticas y de las ciencias exactas como la música y la<br />astronomía, que emplean un método hipotético y conocimiento dialéctico que<br />corresponde al saber riguroso que sólo se refiere a las ideas y que se remonta a un<br />término primero que se impone por sí mismo a todo pensamiento y del que puede<br />deducirse todo, al cual platón identifica con la Idea del Bien.7<br />Todo este proceso que conduce al alma de la ignorancia al conocimiento y sus<br />grados respectivos lo podemos visualizar claramente a través de la siguiente<br />representación gráfica:<br />7 Caballero, Marcial, de Echano, Javier y otros, 1992, “Noesis” Historia de la Filosofía, Ediciones Vicens Vives<br />S.A., Barcelona, España, pág. 68<br />10<br />(http://lacomunidad.elpais.com)<br />Es indispensable comprender que estos dos mundos son, a la vez, separados y uno.<br />Para Jules Lagneau “el mundo inteligible no es una especie de reproducción o<br />paradigma del mundo sensible, en el sentido propio, sino ese mundo visto por el<br />espíritu a través del espíritu mismo, es decir, esclarecido a la luz moral, que toma un<br />significado y una realidad superiores por la relación en que es colocado con respecto<br />del Bien concebido, querido y puesto como el único ser digno de ese nombre,<br />independiente, fundado en sí mismo”. (“Les écrits de Jules Lagneau”, París, 1924)8<br />Resulta interesante ver como según Platón, las ideas y el modelo sobre el cual el<br />Demiurgo ha formado el mundo se corresponden con la eternidad, mientras que los<br />hombres están arrojados en el tiempo.<br />Este es un concepto por demás interesante a la hora de ver como el tiempo se<br />presenta como otro problema central en la evolución de la humanidad; pues, en el<br />caso de la evolución de la inteligencia, el desarrollo de la ciencia y su aplicación por<br />medio de la tecnología no han logrado superar las barreras de la cotidianeidad para<br />entrar en el camino del bien común.<br />El hombre, que a través de su inteligencia y sus avances científicos ha podido<br />dilucidar grandes misterios y des-cubrir la “verdad” en ciertos campos del<br />conocimiento, no ha podido superar la corrupción, la destrucción y la decadencia.<br />Con Platón estamos frente a una realidad de conocimiento que se apoya en la<br />naturaleza del alma como único camino para poder liberarse de las ataduras<br />materiales y lograr la dialéctica del conocimiento.<br />Nosotros no conocemos la época de Cronos, donde todo iba en el sentido del<br />progreso y del mejoramiento, estamos arrojados en el tiempo que destruye y disloca<br />todas las cosas. La filosofía de Platón no es una filosofía del progreso porque el<br />8 Brun, Jean, 1965, “Platón y la Academia”, Eudeba, Buenos Aires, Argentina, pág. 16<br />11<br />hombre no puede dominar al tiempo. Todo debe ser constituido conforme con su<br />modelo, de una manera permanente y definitiva.<br />Se puede decir, en parte, que por este motivo, Platón vuelve al misticismo anterior al<br />siglo VI a.C. y expresa que es mejor pensar en el universo y la naturaleza que<br />experimentar en ellos.<br />Así, la inteligencia es una y superior y ella contiene la única idea modélica de todo lo<br />que existe en la naturaleza y el universo. De esta manera la sociedad y el Estado<br />deben guardar el orden absoluto de la idea del Bien, aquella de la cual es partícipe<br />el hombre por medio del conocimiento del alma que por su carácter inmortal aspira<br />siempre a lo bueno, bello y justo en sí, propio del Bien y cuyo parangón lo<br />encontramos en el Sol en el mundo sensible como generador de luz, calor y vida.<br />En el Teeteto o de la ciencia, Platón distingue entre la creencia y el conocimiento por<br />medio de la justificación; cuando Sócrates pregunta a Teeteto acerca de la<br />naturaleza del conocimiento, éste afirma en primera instancia que el conocimiento es<br />igual a percepción. Teeteto admite la imposibilidad de percibir por medio de una<br />facultad como el ojo lo que se percibe por medio del oído. En un saber común o<br />cotidiano nos encontramos con percepciones, como pueden ser los sonidos o los<br />colores y cuyas formas de identificación se dan gracias a nuestros órganos de los<br />sentidos que son auxiliares, pero la pregunta trata de esclarecer por medio de qué<br />órgano opera la facultad que te da a conocer lo que tienen en común todas las<br />cosas y éstas en particular, como el “es” y el “no es” con el que te refieres a ellas9.<br />En este momento es cuando se cae en la cuenta de que el conocimiento no tiene<br />como medio únicamente a los sentidos puesto que debería haber algo que captara<br />la unidad y pluralidad, semejanza y desemejanza, identidad y diferencia y al ser y el<br />no ser. Sócrates vuelve a interrogar a Teeteto preguntándole ¿qué es pues, lo que<br />ayuda a conocer? Luego de analizar la pregunta Teeteto responde que es el alma la<br />que examina por sí misma lo que es común a las cosas.<br />De esta manera, la verdad de algo no se puede conocer sin antes conocer la de su<br />ser y tampoco se puede saber sin alcanzar la verdad. Así, Sócrates afirma que “el<br />saber no radica en nuestras impresiones, sino en el razonamiento que hacemos<br />acerca de ellas. Aquí, efectivamente, es posible aprehender el Ser y la Verdad, pero<br />allí es imposible”.<br />9 Platón, 1985, “Diálogos”, Editorial Gredós, Madrid, España<br />12<br />Platón precisa que “las cosas múltiples son vistas y no concebidas, y que las ideas<br />son concebidas y no vistas”. Entonces es la causa que sirve de modelo a los objetos<br />cuya constitución está inscripta en la naturaleza desde la eternidad.<br />Surge aquí una reflexión que podría marcar un nuevo punto de partida para<br />comprender la relación entre los procesos de la mente y el origen del conocimiento<br />en el entendido de que para Platón el verdadero conocimiento está en las ideas y<br />que “conocer es recordar”. Si es así, pensar en la posibilidad de una inteligencia que<br />todo lo conciba nos lleva a afirmar que los vínculos entre pensamiento y lenguaje,<br />inteligencia y resolución de problemas, aprehensión del conocimiento y verdad están<br />íntimamente ligados a la concepción de conocimiento como descubrimiento. Que<br />todo está en ese “nous” absoluto, perfecto y que a través de la experiencia vamos<br />recordando.<br />De esta forma, la nueva ciencia cognitiva, tal como lo afirma Gardner en su obra “La<br />nueva ciencia de la mente”, está apoyada en principios racionalistas y empíricos a la<br />vez, permitiéndole conocer cómo ha evolucionado la inteligencia humana hasta legar<br />a un avance de la ciencia tal que pudiera representar el mundo de las cosas y la<br />necesidad de trascendencia de lo humano por medio de la inteligencia artificial.<br />Pero para Platón esto representaría un peligro extremo, pues la necesidad del<br />hombre de lograr el conocimiento no debe estar apoyada en la observación empírica<br />de la naturaleza puesto que esta se deja percibir por los sentidos sólo en parte y su<br />verdadera esencia se encuentra en el conocimiento del alma que, por medio de la<br />intuición racional llega a captar las cosas en sí.<br />Entonces, ¿podría el hombre lograr una comunicación con las cosas en sí por medio<br />de una inteligencia artificial que solamente expresara una realidad mecánica por<br />medio de la resolución de situaciones dadas por el propio hombre y que en definitiva<br />respondiera a una parte de las inquietudes iniciales desde su propia racionalidad?, o<br />¿es que tendríamos que volver a aquellas primigenias explicaciones basadas en los<br />grandes mitos de la antigüedad que dieron explicación a preguntas vinculadas con el<br />origen del cosmos, los dioses, la naturaleza y el hombre?<br />Pensar en el orden y armonía del cosmos a través de la matemática y la música,<br />como ya se ha expresado con anterioridad, es el único camino posible para transitar<br />el camino de la verdad. Platón buscaba que el conocimiento y reflexión sobre el<br />mundo permitiera mejorar la convivencia y la organización de los seres humanos. A<br />esa mejor organización, el filósofo la llama “justicia” y se traducía en la organización<br />de la polis. Por este motivo, los que gobiernen la polis son aquellos que están más<br />13<br />cerca de la contemplación de las ideas (hombre filósofo) y que los que defiendan<br />esta comunidad sean aquellos que tienen un ánimo y un coraje más decidido<br />(hombre guerrero), el resto de los ciudadanos puede dedicarse al comercio, a la<br />producción y a seguir las pautas y directrices más a o menos geniales del areópago,<br />quien cuidaba la observancia de las leyes y la administración de la polis.<br />Para Platón, el alma racional es quien conduce al hombre por el camino del bien<br />ajustando las riendas de las pasiones, apoyándose en las buenas pasiones del alma<br />y doblegando aquellas que son negativas y tratan de satisfacer los apetitos del<br />cuerpo. Así, conduce el auriga al alma por el camino del conocimiento y la<br />contemplación. La inteligencia es una y debe ser contemplada al menos, en su<br />resplandor para hacer al alma partícipe de la verdad.<br />Inteligencia Vs. Inteligencia artificial<br />Pero esa inteligencia artificial creada por el hombre no es más que una<br />representación de la realidad, más aún es “teknè”, algo creado por el hombre en un<br />estado de evolución de la ciencia y la técnica capaz de concebir una máquina que<br />ejecute sus órdenes pero que carece de autonomía y libertad.<br />Si los programas de las computadoras de hoy se construyen, poseen inteligencia<br />artificial, la pregunta al respecto es: ¿pueden pensar las computadoras?, ¿en<br />realidad piensan?<br />Muchos filósofos y científicos actuales argumentan afirmativamente, en tanto que<br />otros lo hacen negativamente.<br />Científicos y filósofos que actúan dentro del campo de la inteligencia artificial<br />sostienen que las computadoras pueden pensar, que de hecho lo hacen.<br />Pero veamos que respondería Platón, si en nuestro siglo pudiera compartir los<br />avances de la ciencia y la tecnología aplicados a la ciencia del conocimiento. Es<br />cierto que se asombraría por tan complejos logros, pero se preguntaría<br />inmediatamente acerca de las respuestas a aquellas grandes interrogantes<br />gnoseológicas y epistemológicas en torno al cosmos, la naturaleza y el hombre.<br />El cerebro humano no es un ordenador y la mente no es un programa, pues si<br />estuviésemos programados nos comportaríamos todos de la misma manera, y ni<br />siquiera el demiurgo modeló a la materia creando copias exactas de la realidad del<br />mundo inteligible. Por ello volvería a llegar a la conclusión de que las cosas<br />naturales son más perfectas que las cosas artificiales y que todo lo que es fabricado<br />por el hombre es una copia de una copia de lo real.<br />14<br />Así, la analogía entre el cerebro y una computadora puede ser criticada<br />argumentando más o menos de esta forma: “un ser vivo no es una máquina, nunca<br />se podrá fabricar una computadora que piense en el sentido en que pensamos las<br />personas, porque simplemente, si se lograra, no se trataría de una máquina sino de<br />un androide, y los androides sólo existen en la ciencia ficción”10.<br />No obstante, la analogía entre el cerebro y la computadora es el resultado de un<br />largo y profundo proceso de investigación en el que intervienen múltiples disciplinas<br />científicas, en especial la neurofisiología y la cibernética.<br />Estas investigaciones tienen su origen en cuestiones filosóficas como ¿qué es el<br />pensamiento?, ¿qué relación tiene con lo físico, en especial con el cerebro?<br />No basta con reconocer que el cerebro constituye la base material del pensamiento;<br />es necesario explicar los mecanismos por los cuales funciona de tal manera, que<br />permite al ser humano pensar.<br />En este afán de explicar las interacciones funcionales que existen entre el cerebro y<br />la mente, la ciencia ha creado “modelos” que representan la estructura cerebral y<br />reproducen sus funciones (percibir, almacenar, abstraer, relacionar, etc.)<br />Para Platón estos “modelos” se encontraban en el mundo inteligible, entonces ¿para<br />qué crear otros modelos que por lo pronto son imperfectos?<br />Es evidente que el tema de la inteligencia artificial, desde la visión platónica de las<br />ideas como sistema modélico de perfección absoluta no tiene cabida en la<br />representación de la realidad. Pero además entendería que el alma se alejaría cada<br />vez más del verdadero camino del conocimiento que consiste en la búsqueda de la<br />verdad por medio de la dialéctica ascendente. Encontraría al hombre de hoy día<br />como enajenado por su propia creación que lo envuelve en un sistema de redes que<br />no le deja pensar por sí mismo para descubrir la verdad y conquistar la libertad<br />conduciendo su vida por el camino de la virtud.<br />Hoy solamente basta con presionar comandos de ejecución, pero ¿hasta que punto<br />esta realidad no somete al hombre a su propia invención?<br />El hombre, para Platón, en estas circunstancias sería como esclavo de su propia<br />creación, que en definitiva se corresponde con una categorización del conocimiento<br />dada, como ya se ha citado anteriormente por la “teknè”.<br />10 Quintela, Mabel, 1997, “Problemas filosóficos en el imaginario social de nuestra época. Heráclito y la ciencia<br />actual. La inteligencia artificial”, A-Z editora, Montevideo, Uruguay, pág. 69<br />15<br />Conclusión<br />Platón inventó la filosofía, definió lo que en adelante la cultura entendería por razón.<br />Trazó el cuadro en el cual el pensamiento de occidente construiría su escala de<br />valores y desarrollaría su progreso. Los conceptos de significado auténtico,<br />universalidad, verdad, fundamento, orden justo, correspondencia, por lo menos<br />reivindicada entre teoría y práctica, u algunos otros que son los elementos<br />constitutivos de la racionalidad, aparecen por primera vez determinados de una<br />manera insistente y clara, en cuanto a su comprensión y alcance, en los diálogos<br />platónicos.<br />Podemos acercarnos a la filosofía de la ciencia desde varios caminos, pero es<br />indudable que Platón nos abre el pensamiento y nos conduce mentalmente hacia<br />una realidad de conocimiento, que es ciencia, en un sentido que marca el proceso<br />del pensamiento occidental hasta nuestros días.<br />Las teorías gnoseológicas que nos preceden y los andamiajes construidos por la<br />epistemología nos hacen ver con profundidad una relación entre teoría y práctica<br />que es vista primigeniamente por este excelso filósofo, marcando una producción de<br />conocimiento apoyado en la teoría de las ideas y por lo cual establece la necesidad<br />de ordenar la polis a través del gobierno regido por el camino del conocimiento.<br />Como en la “alegoría de la caverna”, el prisionero liberado de las ataduras<br />materiales y obligado a ascender penosamente por el camino escarpado, llegará a la<br />luz y deberá acostumbrarse a las cosas… pero una vez logrado el conocimiento<br />regresará al fondo de la caverna, movido por una fuerza moral para tratar de sacar a<br />sus antiguos compañeros del error. Enseñar al otro y tratar de conducirlo por el<br />camino de la justicia es tarea del hombre filósofo.<br />Pero el hombre de ciencia no tiene esta misma visión del mundo y de las cosas, se<br />apoya en la observación y cuando se considerase necesario en la experimentación<br />para tratar de acercarse a la verdad por medio de teorías que podrán ser<br />contrastadas, corroboradas y/o refutadas.<br />Crea, asimismo una inteligencia artificial, que si bien patentiza su deseo de<br />permanencia y trascendencia, vuelve en su inquietud hacia grandes interrogantes de<br />carácter existencial:<br />¿en qué consiste la inteligencia?, ¿cómo la reconoceríamos en un objeto no humano<br />si la tuviera?, ¿qué sustancia u organización se requiere?, ¿es posible que una<br />criatura hecha de metal posea una inteligencia comparable a la humana?<br />16<br />Aunque una criatura no orgánica pudiera solucionar problemas de la misma manera<br />que un ser humano, ¿podría tener conciencia y emociones?<br />Suponiendo que podemos crear robots con una inteligencia comparable con la<br />nuestra, ¿es ético hacerlos?<br />Bibliografía<br />Brun, Jean, 1965, “Platón y la Academia”, Eudeba, Buenos Aires, Argentina<br />Caballero, Marcial, de Echano, Javier y otros, 1992, “Noesis” Historia de la Filosofía,<br />Ediciones Vicens Vives S.A., Barcelona, España<br />Châtelet, François, 1973, “El pensamiento de Platón”, editorial Labor S.A.,<br />Barcelona, España<br />Ferrer Gemma, Gomis, Clara, 1989, “Platón y Aristóteles”, editorial Vicens Vives,<br />Barcelona, España<br />Gardner, Howard, 1996, “La nueva ciencia de la mente”, Editorial Paidós, Barcelona,<br />España<br />Platón, 1985, “Diálogos”, Editorial Gredós, Madrid, España<br />Platón, Obras inmortales, 1993, “La república o el Estado”, Editorial EDAF S.A.,<br />Madrid, España<br />Quintela, Mabel, 1997, “Problemas filosóficos en el imaginario social de nuestra<br />época. Heráclito y la ciencia actual. La inteligencia artificial”, A-Z editora,<br />Montevideo, Uruguay<br />Russell, Bertrand, 1946, “Nuestro conocimiento del mundo externo”, Editorial Losada<br />S.A., Buenos Aires, Argentina<br />(http://lacomunidad.elpais.com)Guillermo Díaz Duránhttp://www.blogger.com/profile/06437435602488716754noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4251090905884772260.post-81839162189224915042011-05-08T17:06:00.000-07:002011-05-08T17:16:39.789-07:00La mente y el conocimiento. Platón y la Inteligencia ArtificialEl presente trabajo está referido a la relación entre la caverna de Platón y la caverna tecnológica.<br />La tarea consiste en leerlo y reflexionar acerca de la realidad y/o apariencia del mundo virtual.Guillermo Díaz Duránhttp://www.blogger.com/profile/06437435602488716754noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4251090905884772260.post-55972723527647380602010-05-20T14:07:00.000-07:002010-05-20T14:10:15.237-07:00Bienvenidos a filopsicoguilleddBienvenidos a filopsicoguilledd, este nuevo espacio de comunicación e intercambio de materiales y opiniones acerca de temas diversos tanto de filosofía como de psicología.Guillermo Díaz Duránhttp://www.blogger.com/profile/06437435602488716754noreply@blogger.com1